Ahora veamos los hechos en este caso. Hasta el año 1798 los expositores de la profecía no tenían luz en cuanto a cuándo terminarían los 2.300 días. Ellos podían comprender los símbolos, la imagen y las bestias del libro de Daniel, pero no podían decir cuándo terminarían los 2.300 días, porque hasta entonces no tenían la comprensión de cuándo comenzaban esos días. Como prueba de este punto leemos en el Midnight Cry [Clamor de Medianoche], un periódico adventista entonces publicado en la ciudad de Nueva York, el 15 de junio de 1842. “Es verdaderamente interesante encontrar a los diversos escritores independientes que desde 1798 han visto lo que antes había sido enteramente desapercibido: que las setenta semanas son la clave para los 2.300 días”. GMA 64.3