Puede surgir la pregunta: ¿Podemos estar seguros de que 1844 es la verdadera fecha para el final de los 2.300 días? ¡Sí! Pues si bien es cierto que un falso cumplimiento de una profecía no puede ocurrir en el momento indicado para su verdadero cumplimiento, tampoco se puede descartar la conclusión de que el año 1844 es el final correcto de los 2.300 días. Dios, quien selló este conocimiento hasta 1798, y prometió que entonces brillaría la luz, por su infalible Espíritu guió a quienes fervientemente lo buscaron para lograr una comprensión correcta del tiempo. Su tiempo había llegado para que el “conocimiento” sobre el tiempo “aumentara”, y él dio la luz verdadera. GMA 69.1
Habiendo encontrado el final del tiempo que fue presentado a la comprensión de la gente en el “tiempo del fin”, es bueno investigar la importancia de ese descubrimiento. Encontramos en ese período, en la terminación de la obra del evangelio, que debía proclamarse un tiempo definido para la sesión del juicio. “Dice Juan: “Vi volar por en medio del cielo a otro ángel, que tenía el evangelio eterno para predicarlo a los moradores de la tierra, a toda nación, tribu, lengua y pueblo, diciendo a gran voz: Temed a Dios, y dadle gloria, porque la hora de su juicio ha llegado; y adorad a aquel que hizo el cielo y la tierra, el mar y las fuentes de las aguas”.25Apocalipsis 14:6, 7. Los ángeles literales no predican el evangelio a los hombres. El hombre es el agente escogido por el Señor mismo para predicar su evangelio hasta el fin del mundo.26Mateo 28:19, 20. Este ángel, entonces, es un símbolo de un mensaje del evangelio que anuncia el tiempo que llegó para que el juicio “comience por la casa de Dios”.271 Pedro 4:17. Tal mensaje no podía darse desde las Escrituras hasta el tiempo que se descubrió el tiempo que lleva al juicio. El período de los 2.300 días, como ya se sugirió, alcanza hasta el juicio investigador del pueblo de Dios. GMA 69.2