En esta conexión notaremos cómo el Señor obró para introducir la proclamación en aquellos países en los que la ley prohibía la predicación de cualquier cosa contraria a la “iglesia establecida”. Suecia era uno de esos países. Allí el Señor usó a niños pequeños para introducir la obra. La primera de estas manifestaciones sucedió en el verano de 1843, en Eksjö, al sur de Suecia. Una niña de solo cinco años de edad, que no había aprendido a leer ni a cantar, un día, de una manera muy solemne, cantó correctamente un largo himno luterano, y luego con gran poder proclamó “la hora de su juicio ha llegado”, y exhortó a la familia a prepararse para encontrarse con el Señor; porque él pronto vendría. Los inconversos en la familia clamaron a Dios por misericordia, y encontraron el perdón. Este movimiento se extendió de pueblo en pueblo, otros niños proclamaron el mensaje. El mismo movimiento entre los niños se manifestó hasta cierto punto en Noruega y en Alemania. GMA 109.1