La gente me informó que los que estaban influidos así por este poder celestial quedaban desconectados de todo lo que los rodeaba. En realidad estaban en visión de Dios, y hablaban con un poder que ejercía una poderosa influencia de convicción. Decían que estos niños, mientras estaban bajo la influencia, hablaban con la fuerza y dignidad de hombres y mujeres adultos. Así que los que los vieron fueron llevados a concluir que era el Señor que los usaba proféticamente para expresar estas verdades solemnes. El escritor continúa: GMA 110.4
“El pueblo se congregaba en grandes cantidades para escucharlos, y nuestras reuniones continuaban tanto de día como de noche, y el resultado fue un gran despertar religioso. Jóvenes y ancianos eran tocados por el Espíritu de Dios, y clamaban al Señor pidiendo misericordia, confesando sus pecados ante Dios y el hombre. GMA 110.5
“Pero cuando el sacerdote de la iglesia se enteró de esto, puso mucho esfuerzo en silenciarnos, y así detener la prevalente excitación religiosa; pero todos los esfuerzos fueron vanos. Entonces le pidieron al jefe de policía que nos hiciera arrestar, y durante seis semanas se hizo una infructuosa búsqueda para encontrarnos en el bosque, hacia donde habíamos huido buscando refugio. GMA 110.6
“Sin embargo, finalmente fuimos convocados para aparecer ante el pastor de la iglesia. Nuestro número había aumentado, de modo que cuarenta jóvenes y señoritas se presentaron en la parroquia, donde fuimos sometidos a un largo juicio. Todos menos yo y Walbom recibieron permiso para regresar a sus hogares; pero nosotros fuimos arrestados, y al día siguiente, puestos bajo custodia en la prisión de Orebro, donde estuvimos asociados con ladrones en la celda 14, como si hubiésemos cometido algún crimen serio”. GMA 110.7