Un caballero en Orebro me relató un suceso de Karlskoga, donde él vivía en 1843. Dijo: GMA 113.1
“Un niñito de ocho años de edad, que nunca había aprendido a leer las letras, comenzó a predicar el mensaje, citando muchos pasajes bíblicos. La gente decía: ‘Ese niño está lleno de la Biblia’. Esta circunstancia ocurrió después que el rey Oscar había hablado en favor de los perseguidos, de modo que el sacerdote de ese lugar no podía llevar al niño ante la corte para detener su obra; pero le dijo a la gente que llevara el niño ante él, y él lo expondría al mostrarles su ignorancia de la Biblia. GMA 113.2
“Ante una multitud el sacerdote abrió su himnario, y le pidió al niño que le leyera. El niño contestó: ‘No sé leer’; pero dándole la espalda al sacerdote, cantó el himno entero correctamente, del principio al fin, mientras el sacerdote miraba su libro con asombro. El sacerdote le dijo al niño: ‘Tú pareces saber todo’. El niño replicó: ‘No. No siempre se nos permite decir todo lo que sabemos’. GMA 113.3
“El sacerdote entonces abrió el Nuevo Testamento y le dijo al muchacho: ‘Léeme de esto’. El niño respondió: ‘No puedo leer’. El sacerdote preguntó: ‘¿Entonces qué sabes de la Biblia?’ Su respuesta fue: ‘Yo sé dónde hay un texto que contiene la palabra “y” catorce veces’. El sacerdote dijo: ‘¡No! No hay tal texto en la Biblia’. El niño dijo: ‘¿Quisiera por favor leerme Apocalipsis 18:13?’ ‘Sí’, dijo el sacerdote. La gente contaba mientras él leía, y por cierto, la palabra ‘y’ estaba justo catorce veces, y entre las catorce veces estaba ‘atando las almas de los hombres’. La gente gritó: ‘¡Vaya, vaya! ¡El muchacho sabe más de la Biblia que el sacerdote!’ Muy mortificado, el sacerdote cambió de tema, y dejó de molestar a la gente después de eso”. GMA 113.4
Así, con la boca de los niños el Señor confirma su palabra, y de esta manera maravillosa trajo su verdad a oídos de la gente cuyas leyes prohibían predicar cualquier doctrina fuera de la “religión establecida”. GMA 113.5