El Señor ha dado repetidamente instrucciones concernientes a la importancia de esta institución y a la necesidad de su establecimiento. Desea que el sanatorio se construya para que podamos cooperar con sus instrumentos en el alivio del sufrimiento de la humanidad. CSI 218.1
En la obra de este sanatorio, los médicos, las parteras y las enfermeras deben colaborar con Dios en la restauración de la salud a los enfermos. Al hacerlo colaboran con él en la restauración de su imagen en el alma. No limitemos al Santo de Israel. ¿Acaso Cristo no oficia por nosotros en el santuario de arriba, a la mano derecha de Dios? ¿Acaso no intercede por los que sufren físicamente y por los que sufren espiritualmente? Los invita a ir a él, quien estuvo muerto, pero quien ahora vive para siempre. CSI 218.2
Dios desea que a los seres humanos dolientes se les enseñe a evitar la enfermedad por medio de la práctica de hábitos correctos de comer, beber y vestir. Muchos sufren debido al poder opresivo de prácticas pecaminosas, cuya salud podría restaurarse mediante la observancia inteligente de las leyes de la vida y la salud, por medio de la cooperación con Aquel que murió para que ellos pudieran vivir eternamente. Este es el conocimiento que los hombres y las mujeres necesitan. Deben aprender a estudiar las leyes divinas dadas por Cristo para bien de toda la humanidad. Esta es la obra que se debe realizar en nuestro sanatorio. CSI 218.3
Los instrumentos de Dios debieran procurar seguir en los pasos del Sanador Divino. Los que acuden al sanatorio debieran aprender a cuidar su cuerpo, y recordar estas palabras: “No sois vuestros. Porque habéis sido comprados por precio; glorificad, pues, a Dios en vuestro cuerpo y en vuestro espíritu, los cuales son de Dios”. 1 Corintios 6:19-20. Sí, somos propiedad de Dios y la senda de la obediencia a las leyes de la naturaleza es la senda directa hacia el cielo. El que se convierte de los errores en el comer, el beber y el vestirse, está siendo preparado para escuchar y recibir la verdad en un corazón bueno y bien dispuesto. Muchos, al practicar las leyes de la naturaleza y al recibir la gracia renovadora de Dios en el alma, obtienen nueva vida física y espiritual. “El temor de Jehová es el principio de la sabiduría, y el conocimiento del Santísimo es la inteligencia”. Proverbios 9:10. Hagamos escuchar la voz de la sabiduría, porque “sus caminos son caminos deleitosos, y todas sus veredas paz”. Proverbios 3:17...*[A Systematic Offering for the Sydney Sanitarium, (Una ofrenda sistemática para el Sanatorio de Sydney), 3-6 (1899).] CSI 218.4