Se me ha mostrado repetidas veces que no es prudente dirigir instituciones grandes. La mayor obra en favor de las almas no se hace gracias a la magnitud de una institución. Un sanatorio grande requiere muchos obreros. Y donde se reúnen tantos, es excesivamente difícil mantener una elevada norma de espiritualidad. En una gran institución, sucede con frecuencia que los puestos de responsabilidad son desempeñados por obreros que no son espirituales, que no ejercen prudencia al obrar con aquellos que, si se los tratase sabiamente, se despertarían, convencerían y convertirían. CSI 236.1
No se ha hecho, en cuanto a presentar las Escrituras a los enfermos, ni la cuarta parte de la obra que podría haberse hecho, y que se habría efectuado en nuestros sanatorios si los obreros mismos hubiesen recibido cabal instrucción en lo religioso. CSI 236.2
Donde muchos obreros están reunidos en un solo lugar, la administración debe tener un nivel espiritual mucho más elevado que el que con frecuencia ha reinado en nuestros grandes sanatorios.—Joyas de los Testimonios 3:124-125. CSI 236.3