Los que llevan las responsabilidades del sanatorio, debieran ejercer mucho cuidado para que las diversiones no sean de tal carácter que rebajen las normas cristianas, y rebajen esta institución hasta el nivel de otras, con lo que debilitarían el poder de la verdadera piedad en las mentes de los que se relacionan con ellos. Entretenimientos mundanos o teatrales no son indispensables para la prosperidad del sanatorio ni para la salud de los pacientes. Cuanto más tengan de esta clase de entretenimientos, tanto menos se sentirán complacidos, a menos que se les presente continuamente algo de la misma clase. La mente se afiebra por la inquietud por algo nuevo y estimulante, lo cual es precisamente lo que no debieran tener. Si se permiten una vez estas diversiones, se esperan nuevamente, y los pacientes pierden su gusto por cualquier actividad sencilla que se les presente para ocupar su tiempo. Lo que muchos pacientes necesitan es reposo en vez de agitación. CSI 237.1
En cuanto se introduce esta clase de entretenimiento, desaparecen de muchas mentes las objeciones contra la asistencia al teatro y la disculpa de que en el teatro se presentarán escenas de carácter moral y de buen gusto rompe la última barrera. Los que permiten esta clase de entretenimientos en el sanatorio, harían mejor en buscar la sabiduría de Dios para conducir a esas almas pobres, hambrientas y sedientas, a la Fuente de gozo, paz y felicidad. CSI 237.2
Cuando se ha producido un alejamiento del camino recto, resulta difícil regresar a él. Se han eliminado las barreras y se han roto las salvaguardias. Un paso dado en la dirección equivocada prepara el camino para otro. Un solo vaso de vino puede abrir la puerta de la tentación que conducirá al hábito de la bebida. Un solo sentimiento de revindicación puede abrir el camino a una serie de sentimientos que terminarán en homicidio. La menor desviación de lo que es correcto y de los principios conducirá a la separación de Dios y puede terminar en apostasía... Se requiere menos tiempo y trabajo para corromper nuestros caminos delante de Dios que para introducir en el carácter hábitos de rectitud y verdad. A cualquier cosa que se acostumbre el ser humano, ya sea una influencia buena o mala, encontrará difícil abandonarla.*[Testimonios para la Iglesia 4:577-579 (1881).] CSI 237.3
Los administradores del sanatorio pueden muy bien concluir de inmediato que nunca podrán satisfacer esa clase de mente que encuentra felicidad únicamente en lo que es nuevo y emocionante. Para muchas personas esto ha sido su dieta intelectual durante toda la vida; son dispépticos tanto desde el punto de vista mental como físico. Muchos sufren de enfermedades del alma mucho más que de enfermedades del cuerpo, y no encontrarán alivio hasta que acudan a Cristo, la fuente de vida. Entonces cesarán las quejas de cansancio, soledad y falta de satisfacción. Los goces que producen satisfacción proporcionarán vigor a la mente y salud y energía vital al cuerpo. CSI 238.1
Si los médicos y obreros se complacen a sí mismos pensando que encontrarán una panacea para las diversas enfermedades de sus pacientes proveyéndoles una serie continua de diversiones similares a las que han sido la maldición de sus vidas, quedarán chasqueados. Estos entretenimientos no deben colocarse en la posición que debe ocupar la Fuente de agua viva. Las almas hambrientas y sedientas continuarán experimentando hambre y sed mientras participen de estos placeres que no satisfacen. Pero los que beben el agua viva ya no sentirán sed por diversiones frívolas, sensuales y emocionantes. Los principios ennoblecedores de la religión fortalecerán las facultades mentales y destruirán el gusto por esta clase de complacencia. CSI 238.2