En la construcción de nuestros sanatorios debemos ejercer mucho cuidado para no incurrir en ninguna extravagancia en el empleo de los recursos. Tenemos el deber de preocuparnos de la sencillez. Sin embargo, hay unos pocos lugares de importancia e influencia especiales en los que se necesitan mejores acomodaciones y más espacio que en la obra de los sanatorios en otros lugares. La impresión que deseamos dejar sobre las mentes de los pacientes es la de las verdades que enseñamos antes que de la magnificencia de los edificios. CSI 239.1
No tenemos muchos sanatorios. Existe en nuestro mundo un gran campo para la obra médica misionera genuina. Nuestros sanatorios deben ser como luces que brillan en medio de las tinieblas morales. En ellos, los enfermos y los dolientes deben contemplar el poder de Cristo que obra milagros, revelado en las vidas de los obreros. Cristo dijo: “Así alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras, y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos”. Mateo 5:16. Dejemos que la lámpara con la luz de la Palabra de Dios brille en forma inequívoca. CSI 239.2
Que todo lo que se relaciona con el sanatorio y sus alrededores se conserve en orden y limpieza, para que la obra se mantenga en un plano elevado en la estima de la gente y ejerza constantemente una influencia elevadora... CSI 239.3