Luego, años después, se nos dio luz según la cual necesitábamos un sanatorio, una institución para la salud, que debía establecerse entre nosotros. Este sería el medio que Dios utilizaría para hacer que su pueblo comprendiera correctamente lo que concierne a la reforma pro salud. También debía ser el medio por el cual tendríamos acceso a los que no pertenecen a nuestra fe. Debíamos tener una institución en la que los enfermos pudieran ser aliviados del sufrimiento, sin el empleo de medicamentos a base de drogras. Dios declaró que él mismo iría delante de su pueblo en esta obra. CSI 532.2
Como resultado, la obra ha estado creciendo constantemente. Se abrió el camino para que nuestras iglesias participaran. Proclamé la reforma pro salud a todas partes donde fui. En los congresos hablaba los domingos de tarde y proclamaba el mensaje de temperancia en la forma de comer, de beber y de vestir. Ese fue el mensaje que di años antes de viajar a Australia. CSI 532.3
Pero hubo personas que no aceptaron la luz que Dios había dado. Estaban los que asistían a nuestros campamentos y comían y bebían indebidamente. Su régimen alimentario no estaba en armonía con la luz que Dios había dado, y para ellos era imposible apreciar la verdad en sus aspectos sagrados. CSI 533.1