¿Queréis asegurar vuestra propiedad? Colocadla en la mano que lleva la marca de la crucifixión. Si la retenéis en vuestra posesión será para vuestra pérdida eterna. Dadla a Dios, y a partir de ese momento llevará su inscripción. Quedará sellada con su inmutabilidad. ¿Queréis disfrutar de vuestros bienes? Entonces utilizadlos para bendecir a los que sufren.—Testimonies for the Church 9:51. CMC 343.2