¿Qué evidencia podemos dar al mundo de que la obra de la escuela sabática no es mera pretensión? Por sus frutos será juzgada. Será estimada por el carácter y la obra de los alumnos. En nuestras escuelas sabáticas deberían confiársele responsabilidades a la juventud cristiana, para que pueda desarrollar sus aptitudes y adquirir poder espiritual. Entréguese primero la juventud a Dios, y entonces en su vida temprana enséñesele a ayudar a otros. Esta obra pondrá en ejercicio sus facultades y la habilitará para aprender a hacer planes y ponerlos en ejecución para bien de sus compañeros. Busquen los jóvenes la compañía de aquellos que necesitan ayuda, no para ocuparse en conversación insensata, sino para representar el carácter cristiano y ser colaboradores con Dios, ganando a los que no se han entregado a Dios... COES 68.1