Luz está sembrada para el justo, y alegría para los rectos de corazón. Salmos 97:11. AFC 216.3
Cristo ha dejado a su Espíritu Santo como su representante en el mundo, para que conceda ayuda celestial a cada alma hambrienta y sedienta... Vivimos en una época muy solemne en la historía del mundo, pero la luz brilla para los que quieran andar en la luz... AFC 216.4
Hay muchos que no han recibido la luz, y no se los juzga culpables. Lamentan su ignorancia humana. No encuentran nada satisfactorio, y anhelan un conocimiento del único Dios verdadero. Tienen en su mente un ideal de Dios y quieren encontrarlo. Dios ha confiado luz a su pueblo para que la den a todos los que oran pidiendo luz. Ha enviado sus raudales de salvación para que refresquen a los que están sedientos de conocimiento de verdad, virtud y santidad. A los tales debemos hablarles como lo hizo el apóstol Pablo a los atenienses, “al que adoráis, pues, sin conocerle, es a quien yo os anunció”. Hechos 17:23. Los hombres han recibido inspiración celestial, y a ellos se ha confiado la verdad evangélica, y con ello, la solemne responsabilidad de dedicar las facultades que Dios les ha dado para dar a conocer a Dios ante los hombres. Cristo dice: “Y esta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien has enviado”. Juan 17:3... AFC 216.5
Los que tienen los pensamientos de Cristo “andarán como él anduvo”. Vivirán la ley de Dios, se alimentarán de Cristo, participarán de la naturaleza divina, y serán centinelas vivientes de la verdad. Con corazones íntegros exclamarán: “Salid de en medio de ellos, y apartaos, dice el Señor, y no toquéis lo inmundo; y yo os recibiré, y seré para vosotros por Padre, y vosotros me seréis hijos e hijas, dice el Senor Todopoderoso”. 2 Corintios 6:17, 18.—Carta 84, 1895. AFC 217.1