Aun el muchacho es conocido por sus hechos, si su conducta fuere limpia y recta. Proverbios 20:11. AFC 43.5
Dios quiere que los niños y los jóvenes se unan al ejército del Señor... Al igual que los soldados de mayor edad, los niños tienen poderosas tentaciones que afrontar, a diestra y a siniestra. Satanás y sus legiones usarán de toda trampa posible para enredar a los jóvenes. Los niños tienen el privilegio de alistarse en el ejército del Señor, y procurar persuadir a otros de que se unan a sus filas. Los niños deben ser educados y preparados para Jesucristo. Deben ser preparados para resistir a la tentación y pelear la buena batalla de la fe. Dirigid su mente a Jesús tan pronto como puedan comprender vuestras lecciones con palabras sencillas, fáciles de entender. Enseñadles el dominio propio. Enseñadles a comenzar la obra de vencer cuando son jóvenes, y recibirán la preciosa ayuda que Jesús puede dar y dará junto con los esfuerzos de los padres que se unen en oración... AFC 43.6
Los padres deben mantener en la memoria los preciosos dichos de Cristo. Los niños repetirán las palabras que oigan con frecuencia en los labios de sus padres: en cuanto a Cristo, la fe y la verdad. Los niños pueden hablar preciosas verdades. Ejércitos enteros de niños pueden colocarse bajo la bandera de Cristo como misioneros... Nunca rechacéis el deseo de los niños de hacer algo para Jesús, el Maestro... Mantened su corazón tierno y sensible por vuestras propias palabras y ejemplo.—Manuscrito 55, 1895. AFC 44.1
Los ángeles de Dios están muy cerca de vuestros pequeñitos... Sean siempre el amor, la ternura, la paciencia y el dominio propio las leyes de vuestro hablar. El amor que triunfa ha de ser como las aguas profundas que siempre fluyen en la conducción de vuestros hijos. Durante toda su vida, Cristo ejecutó actos de amor y ternura para los niños.—The Review and Herald, 17 de mayo de 1898. AFC 44.2