Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí. Juan 14:6. AFC 82.4
Cuando Jesús dijo: “yo soy el camino, y la verdad, y la vida”, pronunció una verdad de significado admirable. La transgresión del hombre había separado a la tierra del cielo, y al hombre finito del Dios infinito. Como una isla se separa de un continente, así la tierra fue apartada del cielo y un gran canal quedó entre el hombre y Dios. Jesús salvó ese abismo, e hizo un camino para que el hombre fuera a Dios. El que no tiene luz espiritual, no ve el camino, no tiene esperanza; y los hombres han originado teorías propias acerca del camino de la vida... Pero Jesús es el único nombre dado a los hombres por el que pueden ser salvos. A través del abismo provocado por el pecado vienen las palabras de Jesús: “Yo soy el camino, y la verdad, y la vida”. AFC 82.5
No hay sino un Mediador entre Dios y el hombre... Tan solo Cristo es el camino, la verdad, la vida; y el hombre puede ser justificado solo mediante la imputación de la justicia de Cristo. El hombre es justificado gratuitamente por la gracia de Dios mediante la fe, y no por las obras, para que nadie se gloríe. La salvación es el don de Dios por medio de Jesucristo nuestro Señor... AFC 83.1
Después de que el enemigo había hecho pecar a Adán y Eva mediante engaños, quedó cortada la relación entre el cielo y la tierra; y si no hubiera sido por Jesucristo, el camino al cielo nunca más hubiera sido conocido por la raza caída... Cristo es la escalera mística, cuya base descansa sobre la tierra y cuyo peldaño superior llega al trono del Infinito... AFC 83.2
Cristo dijo: “El que por mí entrare, será salvo; y entrará, y saldrá y hallará pastos”. Juan 10:9. Alégrese la tierra, regocíjense los habitantes del mundo porque Cristo ha salvado el abismo abierto por el pecado y ha unido a la tierra con el cielo.—The Review and Herald, 11 de noviembre de 1890. AFC 83.3