Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar. Mateo 11:28. AFC 120.3
Hay una condición para el descanso y la paz que aquí nos ofrece Cristo. Es estar unidos en yugo con él. Todos los que acepten esta condición, encontrarán que el yugo de Cristo los ayudará a llevar cada carga que sea necesario que lleven. Sin Cristo a nuestro lado para llevar la parte más pesada de la carga, ciertamente debemos decir que es pesada. Pero unidos en yugo con él para cumplir nuestro deber, todas las cargas de la vida serán llevadas fácilmente. Y en la misma proporción en que actúe el hombre en obediencia voluntaria a los requisitos de Dios, vendrá el descanso de su espíritu... AFC 120.4
La mansedumbre y la humildad caracterizarán a todos los que son obedientes a la ley de Dios, a todos los que llevan con sumisión el yugo de Cristo. Esas gracias proporcionarán los resultados deseables de paz en el servicio de Dios... AFC 121.1
Dios sabe que si fuéramos dejados para seguir nuestras propias inclinaciones, para ir solo donde nos lleve nuestra voluntad, caeríamos en las trampas de Satanás y nos convertiríamos en poseedores de sus atributos. Por lo tanto, la ley de Dios nos restringe a la voluntad de Aquel que es alto, noble y elevador. Él desea que paciente y sabiamente asumamos los deberes del servicio... AFC 121.2
Dios presenta dos clases ante el mundo. Dice para los impíos: “No hay paz”. Isaías 48:22. Para los otros: “Mucha paz tienen los que aman tu ley, y no hay para ellos tropiezo”. Salmos 119:165... AFC 121.3
El Señor llama fácil a su yugo y liviana a su carga. Sin embargo, ese yugo no nos dará una vida de comodidad, libertad y complacencia egoístas. La vida de Cristo fue de abnegación y sacrificio propio a cada paso. Y sus verdaderos seguidores, con ternura y amor semejantes a Cristo y consecuentes, seguirán en las pisadas de su Maestro.—Manuscrito 20, 1897. AFC 121.4