Si decimos que tenemos comunión con él, y andamos en tinieblas, mentimos, y no practicamos la verdad; pero si andamos en luz, como él está en luz, tenemos comunión unos con otros, y la sangre de Jesucristo su Hijo nos limpia de todo pecado. 1 Juan 1:6, 7. ELC 155.1
El grado de luz dada es la medida de la responsabilidad... Miremos el primer acto de transgresión en el Edén. A Adán y Eva les habían sido presentadas claramente las leyes del Paraíso, con un castigo en caso de desobediencia voluntaria. Ellos desobedecieron y la desobediencia trajo su seguro resultado. La muerte entró en el mundo. ELC 155.2
La transgresión es la desobediencia a las órdenes de Dios. Si se hubiesen seguido esas órdenes no hubiera habido pecado. La pena de la transgresión es siempre la muerte. Cristo conjuró la inmediata ejecución de la sentencia dando su vida por el hombre... El hombre recibe la vida al recibir a Cristo... ELC 155.3
La justicia exige que los hombres deban tener luz, y también exige que el que se niega a caminar en la luz dada por el cielo, cuya entrega costó la muerte del Hijo de Dios, deba recibir el castigo. Es un principio de justicia que la culpa del pecador sea proporcionada al conocimiento dado y no usado, o mal usado. Dios espera que los seres humanos caminen en luz para testificar delante de los ángeles y los hombres, que ellos reconocen en Cristo la gran propiciación por el pecado y que consideran su sacrificio como su mayor bendición. Mirar con indiferencia este sacrificio es abusar de la misericordia del Padre. Los hombres deben aceptar el sacrificio, reconociendo la validez de la ofrenda... ELC 155.4
Algunos reciben más luz que otros. Cada uno será juzgado por la luz que haya recibido... Dios espera que consideres como sagrada la luz que se te ha dado.—Carta 180, 1902. ELC 155.5