Mira, haz todas las cosas conforme al modelo que se te ha mostrado en el monte. Hebreos 8:5. ELC 156.1
El Señor dio una importante lección a su pueblo para todas las edades cuando dio a Moisés en el monte instrucciones en cuanto a la construcción del tabernáculo. En esa obra exigió la perfección en cada detalle. ELC 156.2
Al aumentar la maldad del mundo y al desarrollarse plenamente y al ser ampliamente aceptadas las enseñanzas del maligno, las enseñanzas de Cristo deben resaltar ejemplificadas en las vidas de hombres y mujeres convertidos... En todo aquello en lo cual los cristianos ponen mano debería estar entretejido el pensamiento de la vida eterna. Si la obra realizada es agrícola o mecánica en su naturaleza, aun puede serlo según el modelo de lo celestial... Mediante la gracia de Cristo se ha hecho toda provisión para el perfeccionamiento de caracteres semejantes a Cristo, y Dios es honrado cuando su pueblo revela los principios del cielo en todo su trato social o comercial... ELC 156.3
El Señor exige rectitud en los asuntos más pequeños como en los más grandes. Los que serán finalmente aceptados como miembros de la corte celestial serán hombres y mujeres que aquí en la tierra hayan tratado de poner el sello del cielo en sus labores terrenales. Para que el tabernáculo terrenal pudiera representar al celestial debía ser perfecto en todas sus partes, y debía seguir en todos sus detalles el modelo celestial. Así es con los caracteres de los que finalmente serán aceptados a la vista del Cielo. ELC 156.4
El Hijo de Dios vino a la tierra para que en él hombres y mujeres pudieran tener una representación de los caracteres perfectos que Dios solamente podrá aceptar... El alma que acepte las virtudes del carácter de Cristo y se apropie de los méritos de su vida, es tan preciosa a la vista de Dios como lo fue su amado Hijo.—The Review and Herald, 11 de enero de 1912. ELC 156.5