Compañero soy yo de todos los que te temen y guardan tus mandamientos. Salmos 119:63. ELC 174.1
Los jóvenes desean compañerismo, y en la misma proporción a la intensidad con que prodiguen sus sentimientos y afectos a aquellos con quienes se relacionan, será el poder de esos amigos para convertirse en una bendición o una maldición para ellos. Por eso, tengan cuidado los padres. Cuiden las influencias del asociarse con otros. “El que anda con los sabios, sabio será; mas el que se junta con necios será quebrantado”. Proverbios 13:20. Los jóvenes tendrán relaciones y sentirán su influencia... ELC 174.2
La cera no retiene más la imagen del sello de lo que lo hace la mente con las impresiones producidas por la relación y asociación con otros. La influencia es a menudo silenciosa e inadvertida, y sin embargo fuerte y duradera. Si eliges como compañeros a hombres y mujeres buenos y sabios, te estarás encaminando para llegar a ser sano en pensamiento e ideas, y correcto en los principios. Y estas amistades tienen el más elevado valor en la formación del carácter. Se tenderá una cadena de influencias para el bien a tu alrededor, que el maligno no podrá romper con sus engaños seductores... ELC 174.3
Pero, escojan los jóvenes la influencia de personas de normas y prácticas bajas y relaciónense con ellas, ... y se contaminarán. Influencias silenciosas e inadvertidas entretejen sus sentimientos en sus vidas, llegan a formar parte de su misma existencia, y caminan en el mismo borde del precipicio sin darse cuenta del peligro. Aprenden a amar las palabras de los aduladores, las palabras melosas de los engañadores, y estarán intranquilos, incómodos e infelices a menos que se sientan elevados al pináculo de las lisonjas de alguien.—Carta 26d, 1887. ELC 174.4
El único curso de acción seguro para los jóvenes es relacionarse con los puros, los santos, y así las tendencias naturales hacia el mal serán mantenidas en jaque.—Ibid. ELC 174.5