Antes bien, creced en la gracia y el conocimiento de nuestro Señor y Salvador Jesucristo. A él sea gloria ahora y hasta el día de la eternidad. Amén. 2 Pedro 3:18. ELC 186.1
Una experiencia cristiana genuina se desarrolla día tras día, trayendo a su poseedor nueva fuerza y resolución y llevándolo al crecimiento constante en la vida espiritual. Pero el mundo cristiano abunda en catedráticos de religión que son apenas enanos religiosos. Muchos parecen haberse graduado tan pronto como aprendieron los rudimentos de la fe cristiana. No crecen en gracia o en el conocimiento de la verdad. No hacen nada por sus medios o por su influencia, para edificar la causa de Dios. Son zánganos en la colmena. Este grupo no permanecerá mucho tiempo donde está. Será convertido y avanzará, o retrocederá... ELC 186.2
Para cumplir con las exigencias de Dios tendréis que hacer un esfuerzo personal, y en esta obra necesitáis los recursos de una experiencia cristiana siempre creciente. Vuestra fe debe ser fuerte vuestra consagración completa, vuestro amor puro y sincero, vuestro celo ardiente, incansable, vuestro ánimo resuelto, vuestra paciencia infatigable, vuestra esperanza brillante.—The Review and Herald, 8 de enero de 1884. ELC 186.3
Los peligros de los últimos días probarán la genuinidad de nuestra fe... Las poderosas oleadas de la tentación se abatirán sobre todos, y a menos que estén asegurados en la Roca eterna, serán barridos. No penséis que podéis estar a salvo llevados por la corriente. Si lo hacéis, seguramente seréis la presa impotente de los artificios de Satanás. Mediante la investigación diligente de las Escrituras y la ferviente oración en busca de la ayuda divina, preparad el alma para resistir la tentación. El Señor oirá la sincera oración del alma contrita y levantará por vosotros un estandarte contra el enemigo. Pero seréis probados; vuestra fe, vuestro amor, vuestra paciencia, vuestra constancia serán probados.—Ibid. ELC 186.4