¿Cómo, pues, haría yo este grande mal, y pecaría contra Dios? Génesis 39:9. ELC 201.1
Siempre hay personas fácilmente doblegables, acomodaticias, que tienen dificultad en pronunciar abiertamente la palabra NO, que están listas a ser llevadas lejos de Dios por una voluntad más fuerte y decidida. Estos no tienen fuerza interior sobre la cual basarse, no tienen principios firmes que los salven de aceptar malas sugestiones y de formar malos hábitos... ELC 201.2
Los peligros morales a los cuales están expuestos todos, tanto ancianos como jóvenes, están creciendo cada día. Satanás está haciendo esfuerzos soberanos para envolver personas casadas, niños y jóvenes, en prácticas impuras. Sus tentaciones hallan aceptación en muchos corazones porque no han sido elevados, purificados, refinados y ennoblecidos por la sagrada verdad que ellos profesan creer. No pocos han sido bajos y viles en pensamiento, y triviales en la manera de hablar y de conducirse, de modo que cuando vienen las tentaciones de Satanás no tienen poder moral para resistirlas y caen como fácil presa... ELC 201.3
Tenemos necesidad de estar en alarma si no tenemos constantemente presente el temor de Dios. Necesitamos temer si hay quienes se apartan del Dios viviente, porque él sólo es nuestra fuerza y fortaleza, a la cual podemos correr y ser salvos cuando el enemigo nos asalte con sus tentaciones. Es un asunto de interés para cada una de nuestras almas cómo mantendremos nuestros vasos para honra a la vista de un Dios santo... ELC 201.4
No hay seguridad para nosotros cuando reposamos, al levantarnos, al salir y al entrar. Satanás y los ángeles malos han conspirado con malos hombres y malas mujeres, y todas las energías de los poderes de las tinieblas se unirán para desviar y destruir a cada alma que no esté guarnecida con los firmes principios de las verdades eternas... ELC 201.5
Deben implantarse los principios de justicia en el alma. La fe debe aferrarse del poder de Jesucristo, o no habrá seguridad.—Carta 26d, 1887. ELC 201.6