Reprendiste gentes, destruiste al malo, raíste el nombre de ellos para siempre jamás. Salmos 9:5. FV 359.1
“Entonces Satanás se prepara para la última tremenda lucha por la supremacía.... Cuando resucitan los impíos y ve las grandes multitudes del lado suyo, sus esperanzas se reavivan y resuelve no rendirse en el gran conflicto.... Se presenta ante sus súbditos engañados como un redentor, asegurándoles que su poder les ha sacado de sus tumbas y que está a punto de librarlos de su más cruel tiranía.... FV 359.2
“Al fin se da la orden de marcha y las huestes innumerables se ponen en movimiento. ... Los ejércitos de Satanás circundan la ciudad y se preparan para el asalto.”—Seguridad y Paz en el Conflicto de los Siglos, 721, 722. FV 359.3
“Dios hace descender fuego del cielo. La tierra está quebrantada. Se sacan las armas escondidas en sus profundidades. Llamas devoradoras escapan por todas partes de grietas amenazantes. Hasta las rocas están ardiendo. Ha llegado el día que arderá como horno. Los elementos se disuelven con calor abrasador, la tierra también y las obras que hay en ella están abrasadas. La superficie de la tierra parece una masa fundida—un inmenso lago de fuego hirviente.”—Ibid. 731. FV 359.4
“Entonces se verá que la rebelión de Satanás contra Dios dio como resultado la ruina de sí mismo, y de todos los que eligieron ser sus súbditos. El hizo creer que de la transgresión resultaría un gran bien; pero se verá que la ‘paga del pecado es muerte.’ ... Se pondrá fin al pecado, y a toda la aflicción y ruina que acarreó. El salmista dice: ‘Destruiste al malo, raíste el nombre de ellos para siempre jamás. Oh enemigo, acabados son para siempre los asolamientos.’”—Historia de los Patriarcas y Profetas, 354. FV 359.5