Sea la luz de Jehová nuestro Dios sobre nosotros, y la obra de nuestras manos confirma sobre nosotros; sí, la obra de nuestras manos confirma. Salmos 90:17. RJ 161.1
Usted debiera enseñar a sus hijos a controlar su temperamento y a cultivar un espíritu amante y semejante al de Cristo. Diríjalos de tal forma que amen el servicio de Dios, que encuentren más placer en ir a la casa de adoración que a lugares de esparcimiento. Enséñeles que la religión es un principio viviente. Si yo hubiera sido enseñada con la idea de que la religión es una mera emoción, mi vida hubiera sido inútil. Pero nunca permití que la emoción se interpusiera entre el cielo y mi alma. Cualesquiera fueren mis emociones, buscaré a Dios al comienzo de cada día, al mediodía y a la noche, para poder obtener fortaleza de la viva Fuente de poder. RJ 161.2
Madres... ¿no se les ha dado su tiempo... para ser empleado en hermosear las mentes de sus hijos, y cultivar un carácter amoroso? ¿No debiera ser invertido en aferrarse del Poderoso del cielo, y buscar de El poder y sabiduría para adiestrar a sus hijos para un lugar en su reino, para asegurarles una vida que durará tanto como el trono de Jehová?. ... RJ 161.3
Quizá la madre se sienta a hacer su trabajo noche tras noche mientras sus hijos van a la cama sin una oración o un beso de buenas noches. No une sus tiernos corazones al suyo propio con las cuerdas del amor; porque ella está “demasiado ocupada”... RJ 161.4
Algunos pueden preguntarse por qué decimos tanto acerca de la religión del hogar y los hijos. Es por la terrible negligencia de los deberes del hogar de parte de tantos. Como siervos de Dios, padres, ustedes son responsables por los hijos confiados a su cuidado. Muchos de ellos están creciendo sin reverencia, siendo descuidados e irreligiosos, desagradecidos e irreverentes. RJ 161.5
Si estos hijos hubieran sido adecuadamente orientados y disciplinados, si hubieran sido criados en disciplina y amonestación del Señor, los ángeles celestiales estarían en sus hogares. Si ustedes fueran auténticos misioneros del hogar... estarían... preparando a sus hijos para mantenerse de su lado, como eficientes obreros en la causa de Dios. RJ 161.6
Qué impresión produce en la sociedad ver a una familia unida en la obra y el servicio del Señor. Una familia tal es un poderoso discurso en favor de la realidad del cristianismo. Otros ven que hay una influencia obrando en la familia que afecta a los hijos, y que el Dios de Abrahán está con ellos. Y lo que tiene una influencia tan poderosa sobre los hijos se siente más allá del hogar, y afecta a otras vidas. Si los hogares de los profesos cristianos tuvieran un molde religioso correcto, ejercerían una poderosa influencia para el bien. Serían en verdad la “luz del mundo”.—The Signs of the Times, 14 de enero de 1886.*6—R.J. RJ 161.7