Si Jehová no edificare la casa, en vano trabajan los que la edifican. Salmos 127:1. RJ 167.1
¿Qué podemos decir para despertar las sensibilidades morales de los padres, para que puedan entender y aceptar su deber hacia su descendencia? El tema es de tanto interés e importancia porque determina el bienestar futuro de nuestro país. Deberíamos impresionar solemnemente a los padres, así como a las madres, sobre la grave responsabilidad que han asumido al traer hijos a este mundo. Es una responsabilidad de la cual nada sino la muerte puede liberarlos. Es cierto, el principal cuidado y la carga descansa sobre la madre durante los primeros años de la vida de los niños, sin embargo aun entonces el padre debería ser su apoyo y consuelo, animándola a apoyarse sobre su gran afecto, y ayudándola tanto como sea posible... RJ 167.2
Dios lo hace responsable por esa tarea. En aquel gran día de ajuste de cuentas se le preguntará: ¿Dónde están los niños que he confiado a tu cuidado para que los eduques para mí, para que sus labios puedan alabarme, para que sus vidas sean una diadema de belleza en el mundo, y para que vivan para honrarme por toda la eternidad? RJ 167.3
En algunos niños los poderes morales predominan fuertemente. Tienen voluntad para controlar sus mentes y acciones. En otros las pasiones animales son casi irresistibles. Para manejar estos diversos temperamentos, que frecuentemente aparecen en la misma familia, los padres—así como las madres—necesitan paciencia y sabiduría del divino Ayudador... RJ 167.4
El padre debería reunir frecuentemente a sus hijos a su alrededor, y guiar sus mentes por canales de luz moral y religiosa. Debería estudiar sus diferentes tendencias y susceptibilidades, y alcanzarlos por las avenidas más sencillas. Sobre algunos se puede influir mejor por la veneración y el temor de Dios; sobre otros por medio de la manifestación de su benevolencia y sabia providencia, provocando su profunda gratitud; otros pueden ser más profundamente impresionados abriendo ante ellos las maravillas y los misterios del mundo natural, con toda su delicada armonía y belleza, que habla a sus almas de Aquel que es el Creador de los cielos y la tierra, y todas las cosas hermosas que hay en ellos. RJ 167.5
Los niños que están dotados con el talento o el amor por la música pueden recibir impresiones que duren toda la vida, por el juicioso uso de esas susceptibilidades como medio para la instrucción religiosa... Muchos pueden ser alcanzados mejor por medio de las imágenes sagradas, las escenas ilustrativas de la vida y de la misión de Cristo... RJ 167.6
Mientras que debiera haber uniformidad en la disciplina familiar, debería variarse para alcanzar los deseos de los diferentes miembros de la familia. Debería ser el estudio de los padres... inspirarlos con el deseo de lograr la más alta inteligencia y perfección de carácter.—The Signs of the Times, 20 de diciembre de 1877. RJ 167.7