Honra a tu padre y a tu madre, que es el primer mandamiento con promesa; para que te vaya bien, y seas de larga vida sobre la tierra. Efesios 6:2, 3. RJ 176.1
Pocos padres se toman el tiempo para pensar cuánto depende de la instrucción y el entrenamiento que un niño recibe durante los primeros años de su vida. Es en este momento cuando se pone el fundamento del carácter de un niño... RJ 176.2
Madres, no se olviden que Dios requiere de ustedes que den a sus hijos cuidado constante y amante. El no desea que sean esclavas de sus hijos, sino que les enseñen a vivir para El. Día tras día denles lecciones que los preparen para futura utilidad. Una lección que ustedes tendrán que repetir una y otra vez es la lección de la obediencia. Enseñen a sus hijos que ellos no han de ser los que manden, que deben respetar sus deseos y someterse a su autoridad. De esta forma les están enseñando disciplina propia... RJ 176.3
Cuando los niños pierden su autocontrol y hablan palabras apasionadas, los padres debieran mantener silencio por un tiempo, sin reprobar ni condenar. En momentos tales el silencio es de oro, y hará más para traer arrepentimiento que cualquier palabra que pueda ser pronunciada. Satanás se agrada cuando los padres irritan a sus hijos hablando palabras ásperas y airadas. Pablo ha dado una advertencia sobre este punto: “Padres, no exasperéis a vuestros hijos, para que no se desalienten”. Colosenses 3:21. Ellos pueden estar muy equivocados, pero ustedes no los pueden llevar a lo correcto perdiendo la paciencia con ellos. Que su calma ayude a restaurarlos a un adecuado marco de pensamiento. RJ 176.4
Jesús ama a los niños y a los jóvenes. Se regocija cuando ve que Satanás es rechazado en su esfuerzo por vencerlos. Más de un joven se ve en inminente peligro por múltiples tentaciones, pero el Salvador tiene la más tierna simpatía por él y envía sus ángeles para guardarlo y protegerlo. El es el Buen Pastor, siempre listo para ir al desierto para buscar la oveja perdida y extraviada... RJ 176.5
Madres... en su hogar ustedes tienen un campo misionero en el que pueden trabajar con incansable energía e infatigable celo sabiendo que los resultados de su tarea durarán por toda la eternidad... La obra de la madre que tiene una estrecha relación con Cristo es de infinito valor. Su ministerio de amor hace de cada hogar un Betel. Cristo trabaja con ella, volviendo la común agua de la vida en el vino del cielo... RJ 176.6
Padres cristianos, se les ha encomendado la responsabilidad de mostrar al mundo el poder y la excelencia de la religión del hogar. Sean controlados por principios, no por impulsos. Trabajen con la conciencia de que Dios es su ayudador... Guiados por El, sus hijos crecerán para bendecirlos y honrarlos en esta vida y en la vida por venir.—The Review and Herald, 24 de enero de 1907. RJ 176.7