No es la decisión más prudente relacionar con nuestros sanatorios a demasiadas personas sin experiencia, que vienen como aprendices, mientras faltan obreros experimentados y eficientes. Necesitamos más mujeres matronas y hombres de principios sanos y sólidos: hombres sólidos que teman a Dios y que puedan llevar responsabilidades en forma juiciosa. Puede ser que algunos se ofrezcan para trabajar por sueldos menores, porque disfrutan al estar en el sanatorio o porque desean aprender; pero no es verdadera economía manejar una institución mayormente con auxiliares sin experiencia. MM 227.3
Si se conectara a las personas adecuadas con nuestros sanatorios, y si todos humillaran el corazón delante de Dios, aunque ahora pueda haber una pesada deuda sobre la institución, el Señor obraría de tal forma que la deuda se aliviaría y las almas se convertirían a la verdadal ver que los obreros siguen al Señor y guardan sus mandamientos.—Manuscrito 57, 1909. MM 227.4