Estoy muy ansiosa por ver que todos los que están conectados con nuestros sanatorios sean personas totalmente dedicadas a Dios; libres de toda maldad. Hay algunos que parecen haber perdido toda sensación del carácter sagrado de nuestras instituciones y del propósito por el cual fueron establecidas. Ha habido una gran aprensión en mi mente en cuanto a cuáles serán los resultados de esta carencia de espiritualidad y de discernimiento claro. Hay mucha falta de lealtad a los principios. El Señor hace un llamamiento a hombres jóvenes para que trabajen en nuestros sanatorios y que no se rindan a la tentación. La vida de los jóvenes conectados con nuestros sanatorios debe ser tal que ejerza un poder de convicción y de conversión sobre los que no han recibido el mensaje para este tiempo. MM 228.1
Hay que dirigir nuestros sanatorios de tal modo que honren y glorifiquen a Dios. Éstos no deben convertirse en una trampa. Pero a menos que los instrumentos humanos estén bajo la dirección del Espíritu Santo, el enemigo los utilizará para lograr sus planes de estorbar la causa de Dios y para la destrucción de sus propias almas. Muchos ya han perdido su primer amor por las verdades bíblicas grandiosas y monumentales que tienen relación con la segunda venida de Cristo.—Manuscrito 63, 1908. MM 228.2