La enseñanza bíblica de Dios es la única enseñanza segura para que los seres humanos acepten. Debemos regular nuestra fe por un claro “Así dice el Señor”. El conocimiento de sí mismo que Dios desea que obtengamos de su Palabra, si es introducido en la vida diaria, producirá hombres y mujeres fuertes para resistir el mal y los habilitará para representar al Señor. MM 120.3
Necesitamos estudiar la sencillez de las enseñanzas de Cristo. Él insiste en la necesidad de oración y humildad. Estas son nuestras salvaguardias contra los razonamientos erróneos por medio de los cuales Satanás busca desviarnos hacia otros dioses, e inducirnos a aceptar teorías distorsionadas, vestidas por él como túnicas de luz. MM 120.4
Un hombre espiritualmente ciego es guiado fácilmente por quienes aprovechan toda oportunidad favorable para presentar teorías y conjeturas referentes a Dios. El que es engañado por Satanás imparte entonces a su prójimo la nueva luz que supone ha recibido, como Eva colocó el fruto prohibido en la mano de Adán. Los paganos ignorantes no están en peor condición espiritual que la de quienes han conocido la verdad, pero han aceptado el error... MM 121.1