Hago una apelación a todo el que esté comprometido en el servicio de Dios para que se coloque de lleno del lado de Cristo. Hay peligros a derecha e izquierda. Nuestro mayor peligro vendrá de quienes han levantado el alma a la vanidad, que no han escuchado las palabras de advertencia y reprensión enviadas por Dios. Al escoger tales hombres su propia voluntad y su propio camino, el tentador, vestido en túnicas angélicas, está junto a ellos listo a unir su influencia con la de ellos. Él les expone engaños de un carácter muy atractivo, los cuales ellos presentan al pueblo de Dios. Algunos de entre quienes los escuchen serán engañados y obrarán de modos peligrosos. MM 124.1
El Señor llama. ¿Escucharán su voz los hombres y las mujeres? Él da la advertencia. ¿La oirán? ¿Escucharán el último mensaje de misericordia que se da a un mundo caído? ¿Aceptarán el yugo de Cristo y aprenderán de él su humildad y mansedumbre?—Carta 240, 1903. MM 124.2