A quienes representarían a todo hombre como nacido rey, a los que no harían distinción entre los convertidos y los no convertidos, a los que están perdiendo su reconocimiento de su necesidad de Cristo como su Salvador, les diría, ¡pensad en vosotros mismos y en vuestra vida durante el período de vuestra existencia! ¿Sería agradable o placentero para vosotros contemplar hecho tras hecho de toda vuestra vida pasada, a la vista de Aquel que conoce todo pensamiento y delante de cuyos ojos las acciones humanas son como un libro abierto? MM 123.3