No permitáis que nadie os engañe llevándoos a la creencia de que Dios es una esencia que permea la naturaleza. Tal idea es un engaño especioso. Que todos estén en guardia contra tales suposiciones. Estas teorías sutiles envueltas en hermosas vestiduras preparan el camino para errores mayores que, si se aceptan, conducirán lejos de su firmeza aun a los creyentes convencidos de la verdady los llevarán a falsas doctrinas. MM 125.3
De vez en cuando necesitamos examinar juntos las razones de nuestra fe. Es esencial que estudiemos cuidadosamente las verdades de la Palabra de Dios; pues leemos que “algunos apostatarán de la fe, escuchando a espíritus engañadores y a doctrinas de demonios”. Estamos en grave peligro cuando consideramos en forma liviana cualquier verdad, pues entonces la mente está abierta al error. Debemos ser conscientes de cómo y qué escuchamos. No necesitamos tratar de entender los argumentos que ofrecen los hombres en apoyo de sus teorías, cuando se puede discernir fácilmente que estas teorías no armonizan con las Escrituras. Algunos que creen tener un conocimiento científico están dando, por sus interpretaciones, ideas erradas tanto de la ciencia como de la Biblia. Permitamos que la Biblia decida todo asunto que sea esencial para la salvación.—Carta 25, 1904. MM 125.4