Vi que todos deben cantar con el espíritu y con el entendimiento también. A Dios no le complace la jerigonza y la discordancia. Lo correcto le agrada siempre más que lo incorrecto. Y, cuanto más puedan acercarse los hijos de Dios a lo correcto, con canto armonioso, tanto más será él glorificado, la iglesia beneficiada y los no creyentes favorablemente impresionados.—Testimonies for the Church 1:146 (1857); El Evangelismo, 370. Mu 24.3