Si los hombres y las mujeres inteligentes tienen sus facultades morales entorpecidas por cualquier clase de intemperancia, son poco superiores a los paganos en muchos de sus hábitos. Satanás desvía constantemente a la gente de la luz salvadora hacia las costumbres y la moda, sin tener en cuenta su salud física, moral y mental. El gran enemigo sabe que si predominan el apetito y la pasión, se sacrifican la salud del cuerpo y la fuerza del intelecto en el altar de la satisfacción de los apetitos, y el hombre es llevado a una rápida ruina. Si el intelecto iluminado lleva las riendas, dominando las propensiones animales y manteniéndolas sujetas a las facultades morales, Satanás sabe que es pequeño su poder para vencer con sus tentaciones [...]. MJ 167.1
Una buena parte del mundo cristiano carece del derecho de llamarse cristiano. Sus hábitos, su extravagancia, el trato general de su cuerpo, violan la ley física y son contrarios a la norma bíblica. Ellos mismos, con su curso de vida, se están acarreando sufrimiento físico y debilidad moral y mental.—The Review and Herald, 8 de septiembre de 1874. MJ 167.2