No es necesario precisar aquí cómo hay que practicar la economía en todos sus detalles. Aquellos cuyo corazón esté completamente rendido a Dios y tomen su Palabra como guía, sabrán cómo conducirse en todos los deberes de la vida. Aprenderán de Jesús, que es manso y humilde de corazón, y al cultivar la mansedumbre de Cristo, cerrarán la puerta a innúmeras tentaciones.—Consejos para los Maestros Padres y Alumnos acerca de la Educación Cristiana, 143. MJ 228.3