El Señor dice al joven: “Dame, hijo mío, tu corazón”.1Proverbios 23:26. Al Salvador del mundo le agrada que los niños y los jóvenes le entreguen su corazón. Quizás haya un gran ejército de niños que serán hallados fieles a Dios porque andan en la luz, así como Cristo está en la luz. Amarán al Señor Jesús y se deleitarán en agradarle. No se impacientarán si son reprendidos, y alegrarán el corazón de sus padres con su bondad, su paciencia y su disposición a hacer todo lo que puedan para ayudar a llevar las cargas de la vida diaria. Serán fieles discípulos de nuestro Señor en toda su infancia y juventud. MJ 235.4
Niños y jóvenes, ustedes pueden ser una bendición en el hogar durante los primeros años. Qué pena da ver a los hijos de padres temerosos de Dios, indomables y desobedientes, desagradecidos y voluntariosos, decididos a salir siempre con la suya, indiferentes a las molestias o la pena que causan a sus padres. Satanás se deleita en manejar el corazón de los niños, y si se le permite les inculcará su diabólico odioso espíritu. MJ 236.1