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Capítulo 18—Consejos a una hija consentida MJ 52

Tienes un temible informe del año pasado, que está abierto ante la vista de la Majestad del cielo y de las miradas de ángeles puros e inmaculados. Pueden haber estado ocultos a los mortales tus pensamientos y actos, tus sentimientos violentos y no santificados; pero recuerda que los actos más triviales de tu vida están abiertos a la vista de Dios. Tienes un registro manchado en el cielo. Allí están anotados todos los pecados que has cometido. MJ 52.2

Dios te mira con desaprobación, y sin embargo pareces no sentirlo; no te percatas de tu condición perdida y arruinada. A veces sientes remordimientos, pero pronto se sobrepone tu espíritu independiente y orgulloso, y ahogas la voz de la conciencia. MJ 53.1

No eres feliz; y sin embargo imaginas que si pudieras hacer tu voluntad sin restricciones, lo serías. ¡Pobre niña! Estás en una situación semejante a la de Eva en el Edén. Imaginaba ella que si tan solo comía del fruto del árbol que Dios le había prohibido tocar siquiera, so pena de muerte, llegaría a ser muy importante. Comió, y perdió todas las glorias del Edén. MJ 53.2