Deberías dominar tus pensamientos. Esto no será tarea fácil; no lo puedes realizar sin severo y serio esfuerzo. Sin embargo, eso es lo que Dios requiere de ti; es el deber que descansa sobre todo ser responsable. Eres responsable ante Dios por tus pensamientos. Si fomentas ideas vanas, y permites que tu mente se espacie en temas impuros, en cierta medida eres tan culpable ante Dios como si llevaras a la práctica tus pensamientos. Todo lo que impide la acción es la falta de una oportunidad. MJ 53.3
Soñar de día y de noche y construir castillos en el aire son hábitos malos y excesivamente peligrosos. Cuando se han arraigado, es casi imposible quebrar esos hábitos y dirigir los pensamientos a temas puros, santos y elevados. Tendrás que transformarte en una fiel centinela de tus ojos, oídos y sentidos si quieres controlar tu mente y evitar que los pensamientos vanos y corruptos manchen tu ser. Únicamente el poder de la gracia puede cumplir esta muy deseable obra. Eres débil en este sentido. MJ 53.4