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Capítulo 28—Cómo ser fuertes MJ 74

Cristo ha hecho toda provisión para que seamos fuertes. Nos ha dado su Espíritu Santo, cuyo oficio es recordarnos todas las promesas que Cristo ha hecho, para que tengamos paz y una dulce sensación de perdón. Si tan solo mantenemos los ojos fijos en el Salvador y confiamos en su poder, seremos llenados de una sensación de seguridad, pues la justicia de Cristo llegará a ser nuestra justicia [...]. MJ 74.1

Lo deshonramos hablando de nuestra ineficiencia. En vez de mirarnos a nosotros mismos, contemplemos constantemente a Jesús, haciéndonos de día en día más y más parecidos a él, más y más aptos para hablar acerca de él, mejor preparados para valernos de su bondad y espíritu servicial, y para recibir las bendiciones que se nos ofrecen. MJ 74.2

Al vivir así en comunión con él, nos fortalecemos en su fuerza, nos hacemos una ayuda y bendición para los que nos rodean. MJ 74.3

Si tan solo hiciéramos lo que el Señor desea que hagamos, nuestro corazón llegaría a ser como un arpa sagrada, cada una de cuyas cuerdas cantaría alabanza y gratitud al Redentor enviado por Dios para quitar el pecado del mundo [...]. MJ 74.4