Hombres y mujeres que han enfermado, en su relación matrimonial han pensado con frecuencia egoístamente tan solo en su propia felicidad. No han considerado seriamente la cuestión desde el punto de vista de los principios nobles y elevados y no han razonado que lo único que podían esperar de su descendencia era una energía corporal y mental disminuida, que no elevaría a la sociedad sino que la hundiría aún más.—Mensajes Selectos 2:487 (1865). 1MCP 146.4