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No debe albergarse el pensamiento que la unión es un error 1MCP 163

Aunque se susciten dificultades, congojas y desalientos, no abriguen jamás ni el marido ni la mujer el pensamiento de que su unión es un error o una decepción. Decida cada uno de ustedes a ser para el otro cuanto le sea posible. Sigan teniendo el uno para con el otro la atención que se tenían al principio. Aliéntense el uno al otro en las luchas de la vida. Procure cada uno favorecer la felicidad del otro. Haya entre ustedes amor mutuo y sopórtense uno a otro. Entonces el matrimonio, en vez de ser la terminación del amor, será más bien su verdadero comienzo. El calor de la verdadera amistad, el amor que une un corazón al otro, es sabor anticipado de los goces del cielo.—El Ministerio de Curación, 278, 279 (1905). 1MCP 163.5