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La mente ocupada no deja lugar para pensamientos degradantes 1MCP 178

Eduquen las facultades y gustos de sus seres amados; procuren que su mente esté ocupada de antemano de modo que no haya lugar para pensamientos o complacencias de carácter bajo y degradante. La gracia de Cristo es el único antídoto o preventivo del mal. Si así lo quieren, pueden elegir que la mente de sus hijos esté ocupada con pensamientos puros y limpios o con los males que existen por todas partes: orgullo y olvido de su Redentor.—Carta 27, 1890; Conducción del Niño, 174. 1MCP 178.3