El amor, fuera del ámbito de la pasión y el impulso, llega a ser algo espiritual y se revela en palabras y actos. Un cristiano debe tener ternura y amor santificados, en los cuales no hay impaciencia o desasosiego; los modales rudos y ásperos deben ser suavizados por la gracia de Cristo.—Testimonies for the Church 5:335 (1885). 1MCP 215.3