Jesús lo ama, y me ha dado un mensaje para usted. Su gran corazón de infinita ternura suspira por usted. Le envía el mensaje de que puede recuperarse de la trampa del enemigo. Puede recobrar su respeto propio. Puede llegar al punto de considerarse no como un fracasado sino como un vencedor por medio de la influencia elevadora del Espíritu de Dios y gracias a ella. Aférrese de la mano de Cristo y no la suelte.—Medical Ministry, 43 (1903). 1MCP 261.3