Otra vez lo amonesto como quien debe encontrarse con estas líneas en aquel día cuando se decidirá el caso de todos. Entréguese a Cristo sin demora; solo él, por el poder de su gracia, puede redimirlo de la ruina. Solo él puede sanar sus poderes morales y mentales. Su corazón puede estar ardiente con el amor de Dios; su comprensión, clara y madura; su conciencia, iluminada, pura y penetrante; su voluntad, recta y santificada, sujeta al control del Espíritu de Dios. Usted puede hacer de sí mismo lo que elija. Si ahora desea volverse, deje de hacer lo malo y aprenda a hacer el bien, luego estará realmente feliz; tendrá éxito en las batallas de la vida y se levantará para gloria y honra en la vida mejor que esta. “Escogeos hoy a quién sirváis”. Josué 24:15.—Testimonies for the Church 2:564, 565 (1870). 1MCP 323.5