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No entremeterse con las conciencias de los demás 1MCP 324

La conciencia con respecto a las cosas de Dios es un tesoro sagrado, en la cual ningún ser humano, no importa cuál sea su posición, tiene derecho a entremeterse. Nabucodonosor ofreció a los hebreos otra oportunidad, y cuando la rechazaron, se puso muy violento y ordenó que se calentara el horno de fuego siete veces más que lo acostumbrado. Les dijo a los cautivos que los echaría dentro del horno. Llena de fe y confianza, vino la respuesta: Nuestro Dios a quien servimos puede librarnos; y si no lo hace, bien; nos hemos consagrado a un Dios fiel.—Carta 90, 1897. 1MCP 324.1