Go to full page →

Se puede educar la mente para aceptar el pecado 1MCP 333

Antes que el cristiano peque abiertamente, se realiza en su corazón un largo proceso de preparación que el mundo ignora. La mente no desciende de inmediato de la pureza y la santidad a la depravación, la corrupción y el delito. Se necesita tiempo para que aquellos que fueron formados a la semejanza de Dios se degraden hasta llegar a lo brutal o satánico. Por la contemplación nos transformamos. Al nutrir pensamientos impuros en su mente, el hombre puede educarla de tal manera que el pecado que antes odiaba le sea agradable.—Historia de los Patriarcas y Profetas, 490 (1890). 1MCP 333.5