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Ni la fría ortodoxia ni el liberalismo descuidado 1MCP 62

El progreso de la reforma depende de un claro reconocimiento de la verdad fundamental. Mientras que, por una parte, hay peligro en una filosofía estrecha y una ortodoxia dura y fría, por otra, un liberalismo descuidado encierra gran peligro. El fundamento de toda reforma duradera es la ley de Dios. Tenemos que presentar en líneas claras y bien definidas la necesidad de obedecer a esta ley. Sus principios deben recordarse continuamente a la gente. Son tan eternos e inexorables como Dios mismo.—El Ministerio de Curación, 91 (1905). 1MCP 62.2