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Palabras que alegran 2MCP 216

Los gemidos que causa el pesar del mundo se oyen en todo nuestro derredor. El pecado nos apremia con su sombra, y nuestra mente debe estar lista para toda buena palabra y obra. Sabemos que poseemos la presencia de Jesús. La dulce influencia del Espíritu Santo está enseñando y guiando nuestros pensamientos para inducirnos a hablar palabras que alegren la senda de otros.—Joyas de los Testimonios 2:402, 403 (1900). 2MCP 216.1