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Los pensamientos dejan su huella indeleble en el alma 2MCP 310

Absténganse de todo mal. Los pecados comunes, por insignificantes que se los considere, malograrán su concepto de lo moral, y borrarán la impresión del Espíritu de Dios. El carácter de los pensamientos deja su impronta en el alma, y toda conversación de bajo nivel contamina la mente. Toda mala obra arruina al que la lleva a cabo. Dios perdona al pecador arrepentido, pero aunque esté perdonado, su alma estará malograda; la posibilidad que tiene la mente intacta de tener pensamientos elevados, está destruida en este caso. El alma llevará para siempre las cicatrices. Por lo tanto, busquemos esa fe que obra por el amor y purifica el corazón, para que podamos representar el carácter de Cristo ante el mundo.—The Review and Herald, 8 de diciembre de 1891; Fundamentals of Christian Education, 195. 2MCP 310.3