Tengo algo que decirte. ¿No quisieras firmar el compromiso de que no debilitarás más el templo del Señor, ni lo dañarás trabajando cuando deberías descansar? Para tener los pensamientos adecuados y pronunciar las palabras convenientes debes darle descanso a tu cerebro. No dedicas suficiente tiempo a descansar. El cerebro y los nervios cansados se fortalecerían si introdujeras un cambio en este sentido [...]. 2MCP 375.1
Hemos de encontrar la manera de disciplinarnos cuidadosamente, y rehusar hacer todo lo que debilite las fuerzas físicas, mentales y morales. Necesitamos una mente clara y paciente, capaz de soportar todo lo que pueda surgir. Necesitamos un gran apoyo de lo alto. Ejercer fe, y dejar los resultados en las manos de Dios. Una vez que hayamos hecho lo mejor posible, tengamos buen ánimo. Creamos y mantengámonos firmes. El enemigo tratará de que hagamos alguna maniobra que nos lleve a la derrota, pero no podemos permitirnos eso. No podemos darnos el lujo de hacer movimientos descontrolados. Necesitamos la influencia que conseguiremos al manifestar sabiduría y discreción.—Carta 121, 1904. 2MCP 375.2